miércoles, 24 de marzo de 2010

Si yo fuera mon(olo)guer(o)

- Explicaría cosas patéticas que me han pasado a mi diciendo que les han pasado a mis amigos. Despues le daría un giro y acabaría reconociento que me han pasado a mi, alejando así definitivamente las sospechas del público.


- Me prepararía las improvisaciones de modo que tuviera unas cuantas recurrentes para usarlas en momentos determinados en base a las reacciones del público. Todos pensarían que soy ingenioso y ágil.


- Falsearía mi acento y mi lenguaje para parecer mas de la calle.


- Evitaría hablar de temas mínimamente trascendentes, porque es aburrido. La trivialidad es cool.


- Marcaría los gags que sospecho que harán mas gracia con silencios estratégicos y si no funciona ya me los río yo mismo.


- Y, por supuesto, modificaría totalmente los puntos anteriores si me lo pidiera un directivo de televisión. No por la pasta, es que se debe de ligar mucho siendo artista.

lunes, 22 de marzo de 2010

La madre del tano

Que vaya por delante que para mi ser gitano no es una cuestión de raza sino un estilo de vida. Intentar convencerme de lo contrario es como intentar convencerme de que Tiger Woods es el prototipo de nigga. No es un cliché, es pura estadística.

Pues bien, si os fijáis hay determinados sectores desde los cuales se glorifica el gipsy way of life. Normalmente lo suficientemente alejados como para encontrar exótico todo aquello que lo rodea. Y, por supuesto, lo suficientemente lejos como para ahorrarse la convivencia. Es por eso que cualquier mierdaseca lo peta en los tablaos japoneses, porque ninguno de ellos ha tenido que aguantar a una gitana canturreando flamencadas 6 horas diarias en una cocina de 10 metros cuadrados como un servidor. El último ejemplo es el de la Shakira (a.k.a. Voz de cabra a la edad del pavo).


Ya se que la música pop lo aguanta todo, como por ejemplo una colombiana teñida de rubio moviendo las caderas como una árabe y cantando en inglés mientras intenta proyectar una imagen de artista íntegra y auténtica hecha a si misma. O sea, que la Shakira es escoria no me viene de nuevo. Pero eso sí, su última canción me parece la manera mas absurda de autodegradarse. ¡Qué sabrás tú de lo que implica ser girana, Shakira Isabel Ripoll!


Déjame que te explique un poco con la autoridad que me confiere ser del Raval y haber tenido a los abuelos en Santa Eulália, Hospitalet. Si te parece que los paparazzi son parásitos que aprovechan las grietas del sistema para chuparte la vida en beneficio propio esperate a convivir con una familia de gitanos. Te chuparán la luz y el agua, te lo llenarán todo de mierda y si se te ocurre quejarte aun te acusarán de racista y se harán la víctima.

Conceptos que se desprenden de tu canción: libertad, aventura, rebeldía.

1. Los gitanos no son libres. De entrada porque no pueden escoger. No conozco una cultura mas cerrada y sectária que la gitana. Lo que se espera de ti es tan poco que nunca nadie te empujará a perseguir tus sueños, a menos que tus sueños sean vender mercancía robada o recoger chatarra. Si al contrario, pretendes dirigir tu vida en otro sentido serás excluído y marginado por payo. ¿De veras somos tan ingenuos como para pensar que ningún gitano hubiera preferido no dejar los estudios y ponerse a trabajar con la familia? Ellos son felices así, ¿verdad? ¡Y una mierda!

2. La gran aventura de comprobar como coño das de comer a tus hijos sin vender droga o cuanta droga puedes vender antes de que te metan en la carcel. Si eres mujer, la gran aventura de descubrir cuantos años tardarás en estar tan gorda que ya no se note que vuelves a estar embarazada. Y después está el gran mito del nomadismo. La mayoría de los gitanos no es que no llegaran jamás a salir de su país de nacimiento, es que ni tan solo saldrán del barrio donde se criaron a menos que los deshaucien o haya una boda. Y en este último caso todo lo que visitarán será el descampado donde tenga lugar la fiesta durante 3 días seguidos.

3. Curiosamente, todo el respeto que les falta para las leyes convencionales lo tienen para la ley gitana. Aquí la rebeldía se puede llegar a castigar con la muerte y sino te toca huir lo mas lejos posible a buscarte la vida y empezar de nuevo. No ha de ser tan fácil pasarsela por el forro de los cojones cuando sabes que puedes desencadenar una sucesión de venganzas y contravenganzas que riete tu de Gangs of New York.

La única verdad de toda la puta canción es que si fueras gitana no dudarías en coger lo que no es tuyo sin ningún tipo de escrúpulo. Para muestra un botón:

viernes, 5 de marzo de 2010

Gordos

En mi condición de persona con sobrepeso o obesa, me veo en la obligación moral de explicaros un par de cosas sobre los gordos, esos grandes desconocidos. Hay cantidades ingentes de tópicos alrededor de la gente gorda, con actitudes que van desde la condescendencia a la crueldad pasando por la lástima. En general, el concepto que tiene la gente de los gordos es que o bien son enfermos compulsivos o bien alegres y despreocupados glotones. Ahora que vivimos en sociedades medicalizadas donde la vida sedentaria y la obesidad son una epidemia se ha ido imponiendo la primera, la de la compulsión enfermiza en unos hábitos nefastos para la salud. Pero durante muchos años ha predominado la otra versión, dando lugar a expresiones como "la curva de la felicidad" o "estar de buen año". Nada mas lejos de la realidad. Siendo irrefutable que un obeso come sin control, eso no significa que disfrute mas de la comida.

Estar gordo no te hace feliz. Es una limitación en muchos sentidos. A veces, una putada. Diga lo que diga, toda persona gorda está acomplejada. Puedes hacer ver que no y conseguir que todos te crean y te acepten tal como eres. Hasta puedes conseguir engatusar mujeres esbeltas y evidentemente mas atractivas que tu para copular. Pero a quien no puedes engañar es a ti mismo cuando te miras al espejo y no te gusta lo que ves. ¿Por qué no cambiar, entonces? Porque en contra de la creencia popular, un gordo casi nunca lo es por voluntad propia. ¿Entonces qué? Entonces busquemos las causas.

1) Por constitución: Son todas esas personas que por genética tienen huesos gruesos, caderas anchas, muslos descomunales o cara de pan. Se pasarán media vida haciendo dieta y apuntados al gimnasio. Un día, hartos de que el enorme esfuerzo que hacen no se vea recompensado con la imagen que les devuelve el espejo, se abandonaran a su suerte en nombre de una vida menos sacrificada. De vez en cuando recaeran por un absurdo sentimiento de culpa que les hará buscar el mal menor, hasta que la madurez o los años les preparen para aceptar definitivamente su destino.

2) Por tradición: Gordos que nacen en familias de gordos. Desde pequeños adquieren unos malos hábitos alimentarios y una idea del ocio que implica no dar palo al agua. Lo que en casa es ser normal, en la calle cambia. De la total comprensión a la burla. Cuando tengan una edad suficiente para que eso les preocupe de veras, deberán luchar una doble batalla contra ellos mismos y contra las tentaciones cotidianas. Una batalla que implicará llevar una vida paralela al resto de la familia. Cuando tengan casa propia la lucha consistirá en renunciar a ser ellos mismos, olvidar el modelo en el que se han criado y reinventar completamente sus hábitos en virtud a un cánon estético que en casa se han esforzado por menospreciar. Pero lo mas normal es que nada de eso suceda y que, con altos y bajos, sean gordos toda su vida.

3) Por depresión: Un hecho traumático o una mala época desembocan en un autoabandono. Algunas personas beben, otras se drogan, otras comen y las hay que hacen las tres cosas a la vez. La busqueda del placer inmediato para compensar la ansiedad y el dolor. Con el tiempo desaparece el placer pero persiste la compulsión. Se engorda y empieza a disminuir la autoestima. Aparece la verguenza, el remordimiento y la culpa. No quiere que le vea nadie y se aisla. Cada vez sale menos de casa y hace menos actividad física. La bola se hace tan grande como el. Perder peso es el menor de sus problemas, pero al mismo tiempo lo que lo hace mas visible es su deterioro. Sabe que no siempre ha sido así, pero si un día consigue dejar de serlo le habrá costado el doble.

Mi teoría es que un gran complejo te hace automáticamente mejor persona. Especialmente si eres o has sido gordo. Son demasiadas burlas y comentarios a los que poner buena cara como para no cambiarte el carácter. Demasiado rechazo en base a la apariencia como para no aprender a ver el interior de las personas. Demasiadas limitaciones experimentadas como para no valorar las cosas.