viernes, 11 de febrero de 2011

Imperdonable (III)


Nº3: Calientabocas.

Hay a quien le gusta mucho discutir. De hecho, yo provengo de un linaje de discutidores incansables natos. También hay a quien no le gusta nada, ya sea porque es un pusilánime execrable sin ningún valor ético o moral o porque no tiene nada que decir. Y después están los calientabocas.

Un calientabocas se caracteriza por su desmesurada afición a buscar polémica. Una conversa con un calientabocas os recordará a una encuesta del CIS porque sus frases a menudo empiezan con "¿qué opinas de...?", "¿qué te pareció...?", "¿has visto/has leído...?". Si nota que la reacción es fría y no hay grandes desavenencias, cambiará rápidamente de tema o lo sacará mas adelante, porque su determinación a encontrar vuestros puntos débiles es encomiable. Una vez localizado el tema que os toca la moral, atacará sin piedad llevando la contraria y cuando ya no podáis aguantar mas y la necesidad de estallar sea más potente que la voluntad de guardar las formas os despachará con un "no se puede hablar contigo cuando te pones así" o un "dejémoslo, que aun discutiremos".

Debéis saber que es muy importante no descubrir flaquezas ante un calientabocas. Una vez sepa cual es el tema al que sois especialmente sensibles se agarrará a el como un clavo ardiendo y no os soltará hasta que consiga el objetivo deseado, que no es otro que sacaros de quicio. No subestiméis nunca la tozudez de un calientabocas. No se cansará de provocar antes que vosotros de resistir, no entiende de situaciones ni de horarios, cada vez que os vea su catálogo mental le conducirá indefectiblemente al mismo dialogo. Y tenéir que saber que un calientabocas lo es para siempre. Podéis evitarle, cambiar de ciudad, de país o de continente y no verle durante décadas, pero si de casualidad os lo volvéis a encontrar aunque sea una vez en largo camino hacia el deceso ya os podéis apostar cualquier cosa a que acabará sacando el maldito tema. Es por eso que la batalla propicia siempre es la primera. Nada mas intuir que vuestro interlocutor es un calientabocas hay que ser maleducado y pasar de el como de la mierda o mandarlo directamente a tomar por culo. En el futuro me lo agradeceréis.

Hábitat natural del calientabocas (y temas predilectos):

- Reuniones familiares (trabajo o estudios, pareja e hijos)
- Lugar de trabajo (fútbol y política)
- Piso compartido (hábitos, gustos musicales y tareas domésticas)
- Relaciones de pareja (mi ex, tu ex, amigos y compromiso)

Y recordad, vosotros estabais tan tranquilos hasta que vinieron a tocaros la moral. ¡Muerte a los hijos de puta! En definitiva, un calientabocas no es mas que un tocapelotas especialmente talentoso y cobarde.

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