jueves, 10 de febrero de 2011

Imperdonable (II)


Nº2: Gente que maltrata tus objetos.

No puedo con ellos. Son los mismos que en el colegio te pedían material y al final de la clase te lo devolvían hecho una mierda. Lapices mordidos y/o sin punta, gomas de borrar rotas, bolígrafos reventados. Entonces me daba vergüenza montar un pitote por cosas de tan poco coste, aunque ya me hinchaba los cojones a base de bien. Con el paso de los años, pero, siguen haciendo exactamente lo mismo con objetos de cada vez mas valor: libros garabateados o manchados de líquidos diversos, CDs rallados o con la caja agrietada, DVDs con el plástico medio arrancado... Y cuando compruebas ante ellos las condiciones en las cuales te devolvían (siempre mas tarde de lo que tu quisieras, por cierto) aquello que les prestabas en perfecto estado de revista y les miras inquisitivamente, todo lo que saben hacer es dedicarte una mueca simpática por respuesta como quitandole importancia. A ver, hijos de puta, esto no quedará así.


Si ya de por si era un ser tacaño y mezquino de nacimiento, estos malnacidos son los responsables de que ya no deje NADA a casi nadie. Porque esa es otra, la gente te pide cosas dando por hecho que la respuesta es un si. La primera reacción a una negativa acostumbra a ser tomárselo a broma, como si tu obligación como familiar, amigo o conocido fuera ir compartiendo tus objetos personales. ¿En que sociedad de mierda vivimos, que negarse a compartir es una declaración de guerra al buenrollismo imperante pero el respeto por las posesiones ajenas es una futilidad? A mi se me caería la cara de vergüenza de maltratar un objeto que no es mío. Antes de devolverlo en mal estado lo substituyo por uno nuevo y si vale cuatro duros mejor me lo pones, porque un objeto insustituible o de gran valor ya ni se me ocurriría pedirlo prestado. Pero esta gentuza no, aun se cachondean y pretenden hacerte creer que protestar sería poco convencional por tu parte.

Sólo os digo una cosa: no lo dejéis pasar. Cagarse en la puta raza de alguien que te devuelve la vieja cinta de cassette con los grandes éxitos de Ángela Carrasco quemada por el sol es la cosa mas normal del mundo. No os hace peores personas. Y ya que no podrán reparar el daño que os han hecho (seguro que es un disco descatalogado) la sociedad debería entender perfectamente si decidís tomaros alguna pequeña licencia con vuestro puño sobre su cara.

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